Poseemos muchas ganas de que lleguen las vacaciones. Es un instante relajante y aguardamos que lo gocen. No obstante, frecuentemente hay tensión, roces con la celebración de irse a veranear en familia, y con incoherencias en la manera de enfrentar el día a día de las rectificaciónes con los pequeños…
Te subes mañana, deseas salir temprano de casa pero no hay forma: el pequeño no se pone el bañador, o no desayuna, no desea realizar los deberes de verano que le dieron en el instituto, o si tienes un joven rebelde en el hogar que da vergüenza ser visto en sociedad con sus progenitores y ahora hay una riña domestica desde temprano en la mañana. La tensión, in crescendo. Procuras supervisar y aliviar las cosas, pero tras la quinta discusión o llanto infantil, la paciencia se agota y tú asimismo te rompes. Puede chillar, o por desesperación aun puede alzar la mano al niño, o amenazar con castigar, improvisado en el instante del enfado. Tan rápido como la atmósfera se enfríe, posiblemente te sientas culpable con lo que afirmaste, hiciste o te perdiste mientras que te comunicabas con él.
¿Probaste a solicitarlo por favor?
La palabra mágica, solo marcha con mayores. Los pequeños asimismo prestan mucho más atención en el momento en que les solicitamos por favor. Desde los un par de años desarrollan su instinto altruista y es mucho más posible que actúen de cierta forma en el momento en que ven que están prestando asistencia a otra persona. Evidentemente, en mi caso, en el momento en que les solicito que por favor me escuchen o me asistan, incrementa las opciones de que me presten atención en instantes bien difíciles.
Esta es un plan que me marcha realmente bien.
Identifique sus causantes desencadenantes
Todos poseemos límites y somos propensos a perder los estribos en ocasiones que sobrepasan esos límites. Estudiar a reconocerlos y los causantes que te hacen perder los estribos mucho más de forma fácil no solo te va a ayudar a sostener el control, sino asimismo te dejará conocerte mejor.
Para detectar esos desencadenantes, pregúntate exactamente en qué ocasiones acostumbras a perder los estribos. ¿Se siente de forma frecuente incómodo con algunos hábitos de sus hijos? ¿Pierdes la paciencia mucho más de forma fácil en el momento en que andas ocupado o en el momento en que andas relajado y te incordian? ¿Pierdes los estribos mucho más veloz en el momento en que tus hijos te ignoran o en el momento en que son todo para ti? El próximo paso tras saber estos causantes es procurar evitarlos y, si no puedes, usar ciertas herramientas de autocontrol, como ejercicios de respiración, a fin de que recobres el poder sobre tus conmuevas.
¿Por qué razón perdemos los estribos?
Frecuentemente perdemos los estribos pues ahora estábamos alterados, o pues el tiempo pasó bastante veloz, por el hecho de que no manejamos bien las ocupaciones o por el hecho de que no les afirmamos a nuestros hijos lo que aguardamos que resuelvan. tema que nos preocupa.
En otras ocasiones lo que ocurre es que están alterados o enojados o enojados, y si no nos encontramos al cien% bien es simple que les cojamos los nervios y dejemos de llevar a cabo cosas que NO deseamos que hagan.
No debemos ser excelentes, pero debemos ser progenitores idóneos para nuestros hijos. Ellos se lo meritan, nosotros lo merecemos
Un fuerte abrazo y por favor, si te resultó útil, comparte estas pautas con tus familiares y amigos.
,