Consejos para la disciplina de un niño de 2 años

Los pequeños de 1 a 2 años aún no comprenden el término de regla. En consecuencia, es esencial que no pierda la paciencia mientras que enseña a su hijo reglas de conducta. Así mismo, le asistirás a entender la necesidad de las reglas y por consiguiente le va a ser mucho más simple respetarlas. Para esto, el recurso básico es la reiteración.

Todos, pero singularmente los pequeños, aprenden mejor y mucho más veloz en un ámbito satisfactorio. Estímulos positivos, muestras de cariño…, todo ello ayuda al estudio de los pequeños.

Reafirmación de la identidad humana

Cuidar a un niño es una labor agotadora que absorbe toda nuestra energía. Requerimos nutrirnos, estar seguros y, lo más esencial, estar seguros.

Las noches sin reposar bien se hacen eternas y creemos que en el momento en que medren un tanto y no cuenten que todo va a ser mucho más simple. Pero el tiempo pasa y en el momento en que ciertas intranquilidades desaparecen, se muestran otras novedosas.

Ayúdalo a denominar sus sentimientos

A la edad de un par de años, el niño está construyendo de forma plena su cerebro racional, con un vocabulario mucho más extenso y una sed excesiva de estudiar expresiones novedosas. Ciertas expresiones que mucho más te asistirán son los nombres de las conmuevas que puedes comenzar a estudiar en este momento. Si el niño está baboseando en el final del día….solo dile “Eso es lo que te pasa, lleva por nombre cansancio”.

Si el niño está enojado pues no le adquiriste la piruleta… dile: “Es desepcionante lo que te pasa; andas fallido» y si está inquieto pues su primo preferido está por venir puedes mencionarle «andas feliz».

Concéntrate en el accionar negativo

(tixag_7 estupida!, no te percatas que si juegas con la pelota en casa te marchas a romper algo”, “Que los pequeños le peguen a los animales es malo”, “El examen da igual”. de oraciones, lo andas encasillando con etiquetas como «tonto», «malo» y «mediocre», lo que termina afectando su autovaloración. Lo idóneo es que te centres de forma exclusiva en la conducta que deseas corregir, por poner un ejemplo. , puedes decir: «No tienes que jugar con la pelota en la vivienda por el hecho de que, como sucedió, podrías romper algo, esperemos pienso que ayuda como una lección» o «A los animales no se les pega, son seres vivos como tú y yo, conque tienes que resguardarlos y ámalos” o “Si copias el examen no aprenderás, es engañarte a ti”.

Si le da temor, te obedecerá y va a ser mucho más disciplinado, pero no le va a enseñar a distinguir entre el bien y el mal, y no promoverá su avance sensible, y bastante menos robustecerá su seguridad que él debe. sitio en ti En el momento en que lo atemorices, probablemente no volverá a portarse mal pues tiene temor de ser amonestado, pero no sabe realmente bien por qué razón no debería actuar de esa forma. Con el tiempo, criarás a un niño obediente, pero miedoso, tímido, reprimido y con baja autovaloración. En cambio, si en lugar de regañarle infundiéndole temor, le disciplinas de manera efectiva y reflexiva, el pequeño va a aprender por qué razón no debe regresar a actuar, lo que le educará durante su historia.

No te rindas más allá de que se enfade

Los progenitores tienen que sostener su estable situación en NO; No tienen que obedecer, pues en ocasiones el niño puede comenzar a rogar, plañir o aun agredir a el resto. Si se establece una regla, hay que sostenerla ocurra lo que ocurra; si se le muestra, el bebé apreciará que si comienza a plañir logrará lo que desee.

En este sentido, cabe apuntar que si bien hay que ser estable, hay que entender exactamente en qué ocasiones se puede ser mucho más maleable. Es esencial que los progenitores no sean bastante con transparencia sobre cosas poco relevantes. Por poner un ejemplo, si el pequeño desea utilizar pantalones colorados en vez de azules, ¿por qué razón no dejarlo? Ofrecer opciones es de las mejores maneras de eludir pataletas superfluas y producir seguridad en los pequeños.