Una protesta muy recurrente de los progenitores respecto a la nutrición de sus hijos es la proporción de comida que tienen que comer y de qué manera poner límites. Estos son varios de los signos de que nuestro hijo tiende a comer con ansiedad:
- Come mucho más de lo que precisa, más que nada en comparación con otros pequeños de su edad.
- Come rapidísimo, siempre y en todo momento acaba antes que el resto.
- En el momento en que acaba, de forma frecuente solicita mucho más.
- Mientras que come se ve inquieto, está muy concentrado instantaneamente de comer. Solamente charla con otra gente y no existe nada que le no permita continuar comiendo su distracción.
- Acostumbra comer entre horas y quejarse de tener apetito.
- Apreciamos que visita de manera frecuente el frigorífico o la despensa.
- Piensa bastante en las comidas, espéralo antes que llegue.
Los resultados positivos de la actividad física
Animar al niño o joven a sostenerse físicamente activo. Esto ofrece varios provecho para la salud, que tienen dentro:
- Asistencia al cuerpo a abrasar calorías en vez de almacenarlas como grasa en el cuerpo
- Asiste para que los escenarios de azúcar en la sangre se contengan mucho más equilibrados y en el rango habitual (en especial esencial para los pequeños con o bajo riesgo de diabetes)
- Disminuye la presión arterial y los escenarios de colesterol
- Contribuye a hacer mas fuerte los huesos y los músculos
- Incrementa la fuerza y la resistencia
- Disminuye agobio y optimización el sueño y el confort mental
- Incrementa la autovaloración, prestando asistencia a los pequeños a sentirse seguros con su cuerpo y fachada
- Prevención de problemas médicos graves que tienen la posibilidad de deducirse del sobrepeso y la obesidad
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El círculo vicioso de la nutrición poco saludable
Para comprender sobre de qué manera marcha el mecanismo del apetito de un niño, hay que ver su ingesta a lo largo de todo el día. No solo al mediodía y durante la noche, sino más bien a lo largo del día; en el hogar y en el comedor escolar o en otros sitios. Por el hecho de que frecuentemente, esta falta de apetito hablamos de comer alimentos poco saludables que tienen la posibilidad de hacernos sentir bien… en el momento en que de todos modos no es de esta manera.
Existen muchas chicas y chicos que prosiguen un horario períodico muy similar a este.
Qué puedes realizar si tu hijo se niega a comer
- Cerciórate de que tu hijo tenga apetito en el momento de sentarse a la mesa. Establece horarios claros para todas las comidas del día.
- Solo proporciona bocadillos saludables y mantente distanciado del almuerzo y la cena. En la mayoría de los casos, los refrigerios se tienen que prestar 3 o 4 horas antes de la comida primordial.
- Si tu hijo pasa por una etapa de «no comer», ofrécele comida que le agrade y que sea saludable. La iniciativa no es que te conviertas en su chef personal y cocines distintas comidas para él.
- Deja de preocuparte por tener apetito, tu hijo va a comer en el momento en que verdaderamente lo necesite.
- Ten en cuenta que las proporciones que él precisa no son iguales a las que tú precisas, no reclames exactamente las mismas proporciones que un adulto.
- No procures que coman ofreciéndoles ver monitos en la tele, el móvil inteligente o el iPad. Es un mal hábito que puede complicar las cosas mucho más adelante.
- Y entre los consejos mucho más esenciales, da ejemplo. Si tu hijo jamás te ve sentado a la mesa, gozando de la comida, es mucho más posible que sentarse a comer sea visto como una obligación, y no como un instante para comunicar en familia.
Ten en cuenta que cada cual tiene su tiempo, y respetar el tiempo del niño va a ayudar a crear una mejor relación y brindará las herramientas a fin de que consigas darle una nutrición mucho más saludable