El tema de la guardería marcha realmente bien. Me cuesta opinar que mi hijo sea tan dulce, obediente y relajado como lo pintan y yo desconfío un tanto, no puedo evitarlo, si bien sé bien en el momento en que se entretiene y anima. es el niño mucho más complacido de todo el mundo. Lunes supuestamente aplaudió en el momento en que vio a otros pequeños aplaudiendo. Eso sí, los datos se reservaron para la guardería, pues en el hogar no se reitera. ¡De esta forma son! Yo estoy feliz. Le tenía temor a la guardería, tenía varios prejuicios, no deseaba tomarla. Y si bien prosigo suponiendo que no es ideal, pienso que es excelente allí. En el hogar conmigo, las cosas se ponían feísimas: el niño se encontraba muy poco entretenido, de mal humor, yo se encontraba al filo de no poder asistir, no gozábamos en lo más mínimo de nuestra compañía y las cosas no hacían sino más bien empeorar. En la guardería se pasa 3 horas absolutamente divertido, riéndose a carcajadas (seguramente es pues él es de este modo), con V. dándole besos y abrazos y después come como una lima y se marcha a reposar. Estoy tan contenta que no pienso en salir con él si bien me quede en el hogar: el bebé está mucho más entusiasmado allí que yo y aprovecho para llevar a cabo las tareas de la vivienda, mis proyectos personales y, si tengo alguno tiempo sobrante, reposar para dejar un tanto. Pero hay algo que me preocupa: el niño precisa mucho más reposo. Si bien entonces se duerme cerca de las 13:30 (múltiples días antes), a las 15:00 siempre y en todo momento sale finalmente pues desea reposar mucho más. Lo deben despertar pues vine a recogerlo o se lúcida con el estruendos de los pequeños que van a esa hora. Si hubiese dormido otra pequeña siesta tras la merienda, el tema no habría importado mucho más. Pero no puede regresar a reposar conque desde el momento en que comenzó su horario habitual, de 9 a 15 horas, las tardes son malísimas. Jamás deja de protestar, lloriquear, vocear sin frenos. Está de mal humor, muy entretenido, tan agotado que hasta le duele y no se soporta, no puede jugar por lo agotado que está, no anda con pelota, pero no hay forma. se marcha a reposar la siesta!
Señales recurrentes de abuso y desidia en el precaución infantil a las que debe prestar atención
Las señales de abuso y desidia en el precaución infantil tienen la posibilidad de no ser obvias para todos. El abuso en las guarderías puede pasar inadvertido, con lo que entender precisamente qué buscar puede asistirlo a detectar un inconveniente antes que sea bastante tarde.
El abuso físico tiende a ser el signo mucho más visible de abuso. Si deja a su hijo en la guardería sin cardenales, raspones u otras lesiones, pero lo recopila con lesiones incomprensibles, puede señalar abuso físico. Estas lesiones son mucho más evidentes en las muñecas, los brazos, las nalgas, el cuello, los hombros o la parte de atrás de las piernas. Además de esto, si su hijo hace movimientos inesperados, levanta una mano o se encoge en el momento en que lo tocan, o sea una fuerte señal de abuso físico.
¿Piensas que tu hijo no se está amoldando a la guardería y andas preocupado?
Bueno, no hay razón para preocuparse, es el llamado periodo de adaptación.
El periodo de tiempo de adaptación del niño a la guardería es el tiempo que avanza desde el momento en que el niño entra en la escuela hasta el momento en que se integra completamente. Este desarrollo es vital y debe quedar claro en concepto de una aceptable intervención, entre los docentes y las familias.