Esta es la escena: Extiendes una alfombra sobre una alfombra de juegos y pones a tu bebé boca abajo. Rápidamente, llora. No puede dejar que su bebé padezca, pero sabe que el tiempo boca abajo es algo mucho más esenciales que puede llevar a cabo para su avance.
¿Te suena familiar?
No te mira a los ojos
Si el chaval o la chavala no te mira a los ojos, la traducción es clara: «Me da vergüenza». En el momento en que los pequeños miran hacia otro lado, le están diciendo que precisan un reposo por el hecho de que están bastante ocupados. El niño a esta edad lleva a cabo la aptitud de conmuevas autoconscientes como la vergüenza. En el momento en que un niño no te mira a los ojos, quiere decir que se dió cuenta de que sus acciones tienen la posibilidad de desilusionarte.
¿Cuál habría de ser tu contestación? La manera más óptima de accionar es aceptar lo que logró mal tu hijo y ofrecerle oraciones fáciles y cortas a fin de que comprenda qué realizar, por poner un ejemplo: ‘No rompas el libro’, ‘No empujes’, etcétera. Pero aparte del mando, tienes que enseñarle a llevar a cabo las cosas para hacerlas bien.
Todos cometemos fallos, y lo que es necesario es buscar medidas para arreglar el daño.
Ser madre o padre semeja una preocupación incesante. Nuestras intranquilidades parten del embarazo, ¿va a salir todo bien? ¿Va a haber algún inconveniente? Y duran toda la vida.
Es tradicional que los progenitores, más que nada los primerizos, se pregunten si nos encontramos haciendolo bien, si le animamos lo bastante, si tiene el peso y la talla correctos, pero más que nada, si le está yendo bien. avance de los pequeños. Ya que si hay algo que verdaderamente nos preocupa a los progenitores es ver como nuestro hijo no hace exactamente las mismas cosas que otros pequeños de su edad.
«¿Prosigues sin decir nada?»
¿Cuándo debemos estar preocupados por la oportunidad de que nuestro hijo sufra TOC? ¿Existe algún consejo para advertirlo?
Ciertos hábitos que tienen la posibilidad de señalar TOC son:
- Dedicar bastante tiempo a realizar los deberes gracias a un exceso de perfeccionismo: necesidad de reiterar un ejercicio terminado por un pequeño fallo, inclinación a arrancar y reiterar páginas enteras del cuaderno, eliminar de forma continua, revisar letras o expresiones con lapicero o boli…
- Ser bastante pensativo con los gérmenes o con la limpieza: imposibilidad de ir al baño en cualquier sitio público, tras un kilo de lavado por el hecho de que el niño no desea ponerse la ropa un par de veces o utilizar la toalla una segunda vez, utilizar bastante papel del váter para limpiarse de manera compulsiva…
- Un ritual larguísimo y difícil es precisos al proceder a reposar: el pipí (aun hay que regresar a mear si se sale de algo), el agua, el beso para mamá y papá, la b abóg en una situación precisa, las mantas… Con tanta continuidad Gracias a cualquier «fallo» es requisito regresar a comenzar desde el comienzo.
- Tranquilizar bastante, revisar reiteradamente que todo está bien, reclamar regularmente a mamá y papá que repitan algunas oraciones de calma o que respondan cuestiones por temor.