No Mostrar Cortesía: Una Falta de Respeto

El saludo es signo de vida diaria y profesional, signo de respeto y comunión hacia el resto, y la posibilidad de agradar a nuestros clientes del servicio, ayudantes o compañeros. Por consiguiente, debemos esmerarnos en saludar con corrección y cortés, según el sitio y las situaciones en las que nos hallemos.
Instruir a saludar
Esto no significa que los pequeños no deban saludar. En verdad, es buena regla de cortesía que perjudica de forma positiva a la gente y crea una aceptable impresión. Los progenitores tienen que instruir a sus hijos a saludar, pero no presionarlos a fin de que los besen o los abracen si no les gusta.
La bendición, como muchas otras cuestiones en la educación infantil, hay que consensuarla con los pequeños. No tiene que ver con imponerlo sino más bien de argumentar su relevancia. Si el niño no posee ganas de un beso o un abrazo, es suficiente con un fácil saludo o un apretón de manos. Lo habitual es que los pequeños saluden igual que los mayores transcurrido un tiempo, conque no se debe presionarlos.
Las buenas prácticas como reglas
Cada cultura tiene hábitos distintas que se piensan buenas prácticas y que están relacionados con la crónica de sus pobladores, con las maneras de llevar a cabo o con la tradición; no obstante, hay reacciones que son universalmente vistas como buenos modales y admitidas en la mayor lugar de este mundo.
Por poner un ejemplo: ser complacido en el momento en que uno da hospitalidad a otro.
- Ver asimismo: Reglas de convivencia
¿De qué forma puedes instruir modales a un bebé oa un niño pequeño?
Si bien nos se sabe que los modales son una sección primordial de nuestro día a día, te vas a estar preguntando si se tienen la posibilidad de educar desde pequeños.
La contestación es que tú puedes llevarlo a cabo, pero sabiendo que los modales reales asimismo se formarán a lo largo de su avance y van a través de otros conceptos importantes como la visión y la empatía, términos que los pequeños no comprenderán. comprender hasta la Escuela Principal. Lo básico es tener claro que es requisito, como en muchas otras áreas del avance, iniciar antes a fin de que el resultado sea considerablemente más efectivo.
¿Por qué razón les obligamos a saludar?
Varios progenitores fuerzan a sus hijos a saludar sencillamente pues están repitiendo un patrón que aprendieron en la niñez, en el momento en que se forzaban a saludar a otra gente. Esta acción mecánica no les deja pensar sobre las implicaciones mucho más profundas de su actitud, por el hecho de que se limitan solo a proseguir el orden autoritario que aprendieron. No obstante, obligar a los pequeños a saludar piensa someterlos a los deseos del resto, con lo que de todos modos este accionar dista bastante de los valores de respeto que intentamos de inculcarles.
Por otra parte, los progenitores deberían preguntarse por qué razón sienten ese deber. ¿Lo hacemos pues deseamos que el resto crean que hemos logrado educar apropiadamente a nuestros hijos? ¿Nos preocupa que esta persona se sienta culpable por el rechazo del niño? ¿Nos importa mucho más lo que esa persona piensa de nosotros como progenitores que lo que siente o precisa nuestro hijo? ¿Deseamos que nuestro hijo prosiga rigurosamente nuestras órdenes o deseamos educar a un individuo autónoma con idea y aptitud de resolución?
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